. . .Otra toma, que empieza con Bono echándole a Edge en la cara humo de su cigarro. El guitarrista sonríe y se traslada hacia el objetivo de la cámara de todos modos. Una grúa con una cámara al final filma el plató como una enorme jirafa con ojos que giran tomando la escena desde lo alto. Más metraje. “Bien, ¿podemos pasar a otra?” pregunta el director, en una voz que indica que no acepta una negativa. Hora de Toma Siete. Fintan Fidgerald y Nassim Khalifa entran otra vez para arreglar el pelo y el sudor seco. Un foco sale encima de Larry en la batería. Todo se para. El técnico aparece para arreglarlo. Toma cinco. “¿Qué vibraciones te da esta vez?” le pregunta Richie Smiths a Bono. “¿Es un seis, un ocho, un diez?”. Bono obviamente entiende este lenguaje matemático de la actuación. Responde; “vamos a dejarlo en un cuatro”. Un cuatro es, como a cámara lenta, mas humorístico que nunca con el cantante ahora enmascarado con sombra de ojos. Esta vez el director quiere hacer dos tomas seguidas, sin parar. Más espera. Más tomas. Algo de la canción. Todo el mundo se sabe de memoria las palabras ahora. Esta empezando a sonar como un anuncio ganador de éxito asegurado, no como el extraño y oscuro sonido de las primeras escuchas. “Dancing Queen Toma tres”, anuncia Bono, los altavoces resuenan y las cámaras graban de nuevo. Esta vez – la toma doce – Bono esta saltando por todo el plató como un boxeador, provocando a las cámaras, escalando las paredes blancas del plató y dejando marcas de arañazos en ellas. Adam, en plan roquero, esta plantado en mitad de la escena, Larry con una camiseta de los Ramones dándole a la batería, despreocupado de los extraños de Bono en la pared detrás suyo, mientras la canción se lanza otra vez a una desafiante cacofonía de sonido. Toma quince. Esta vez el vocalista atraviesa el plató andando de forma pasota como si fuera un lisiado, ahora esta trepando por las paredes como un loco en un manicomio, como un preso en la cárcel, una mosca atrapada en una habitación sin salida. Cada toma arroja nueva luz sobre el personaje central, The Fly. “Es todo un personaje” explica Bono, charlando entre tomas “que tiene todas las respuestas. . . el que disparo a los Kennedy. Un asiduo de los bares, se ha autoproclamado un experto en la política del amor, un filosofo de mierda. . .que muy de vez en cuando da en el clavo pero que mas a menudo se da con el martillo en su propio dedo. . .” El punto de vista de The Fly esta siempre mezclado, a veces grotesco, a veces hermoso, reflejado por la música, una extraña receta sonica de blues oscuro y luminosos gospel vertidos en el mismo tema. La banda se toma un respiro y una cámara endoscopica se instala, un artilugio de fibra óptica mas usado para darle uso en la cirugía hospitalaria para exámenes internos. “Da una imagen completamente distinta” explica Ned O’Hanlon, que esta produciendo el video. “Es bastante poco habitual utilizar una de estas en un video como este. Bono sabe llevar las cosas a buen término pero aun levantaría a todo el mundo en la banda tras de él". Las cosas están yendo bien. Tienen que ir, cuatro horas se pasan rápido y la banda esta feliz de continuar durante toda la tarde. Bono, bebiendo whisky teatralicamente y seduciendo a la cámara, esta cantando y otra toma esta en marcha. El maquillaje intenta disimular el sudor. Al director le gusta el sudor, Bono se ríe y se mira al espejo, arreglándose el pelo con el que el dice se parece a Nana Mouskouri. Llega algo de comida para reponer fuerzas mientras Bono hace tomas de cámara en solitario, los otros discuten sobre los progresos del disco aun sin acabar. La noche aun no ha terminado, Adam, Larry y The Edge tienen todos que hacer tomas en solitario y después los cuatro saldrán de Windmill Lane para transportar los temas mezclados a la mañana siguiente. Diez días después. La escena esta vez es la planta superior de un pub con una luz roja en el distrito del Soho de Londres. Las once de la mañana y veinte personas están muy ocupadas hablando. Son todas caras distintas menos la de Ned, el productor. Son principalmente actores y actrices, raros, corpulentos, hombres con cuerpo de tetera, chicas jóvenes, gente llevando maletas de disfraces, una luminosa chaqueta amarilla de “policía” colgando de la puerta. Hay anticipación en el aire y en el centro de ello se sienta Jon Klein hablando por los codos con su ayudante de dirección y sus cámaras. Un mando a distancia engalanado yace sobre la mesa, repleto de amuletos de la suerte y de plumas. Alguien hace el gesto de sacar una pistola de sus cartucheras. Un tío con pintas de vividor con una navaja le dice a Jon que no le gusta la corbata del vividor. “No, mas inmoral que esa. . .” Tracey, una actriz alta y rubia es presentada la directora. “Básicamente Tracey, solo estamos viendo el panorama por aquí hoy, pero el miércoles vamos a poner el verdugón sobre tus espaldas” “Genial” dice Tracey, con solo una insinuación de duda en su expresión: “Como si acabaras de ser maltratada,” “bien”.
Mientras tanto arriba en la azotea del London Pavillion, las cámaras están enfocando a Picadilly Circus, con el tráfico fluyendo por Picadilly Circus debajo de ellas, el corazón del West End de Londres. Media milla mas lejos, pasando la Royal Academy of Arts, un hombre vestido con una chupa de cuero negro, con unas peculiares gafas oscuras dominando su cara, esta esperando que Jon Klein le dé la señal de “acción” por el micrófono. “No es actuar realmente”, dice Ned, “Pero es con actrices”. Obviamente Bono tiene otras ideas. El está actuando y le encanta. “Este personaje de The Fly que Bono interpreta,” explica Jon Klein, “Bueno es como un visionario chiflado y esa es una parte que Bono puede hacer fácilmente” Su cara esboza una sonrisa conocida. “Los últimos tres álbumes han sido de una pieza en ciertos aspectos,” dice el director, “lo que queremos hacer aquí es empezar un nuevo capitulo. The Fly me hace sentir diferente” Bono se lo esta pasando en grande paseando arriba y debajo de Picadilly como si la ciudad fuera suya. En un tenderete de recuerdos compra un pequeño autobús londinense y lo echa a correr entre el tráfico hasta ponerlo en el camino de una versión a tamaño natural del mismo vehículo – casi atropellándolo. Un cigarro pende de su boca como si lo hubiera arreglado allí. En la parte de afuera de Tower Records cruza con el semáforo en verde y comienza a liar a la gente, intentando hacerles mirar a los titulares del periódico que lleva en las manos – “Otro vago” lee con su burbuja invisible sobre las cabezas de la gente mientras lo empujan a un lado y siguen con sus ajetreadas vidas.
It's no secret that a conscience
can sometimes be a pest
It's no secret that ambition
bites the nail of success
Every artist a cannibal,
every poet is a thief
All kill their inspiration
and sing about the grief.
continuará . . .
Fuente: Propganda Issue Nº 15 Special Issue
3 comentarios:
Gracias Mikel. Te imaginas haberte encontrado a The Fly entorpeciendote el paso por la calle? Y la gente, ni caso. Normal. Eso lo sabes hoy día y vamos, te pegas a él como el papel atrpamoscas!
Realmente le encanta actuar.
Esta claro que si, que estaba en su salsa por Picadilly Circus vacilando a la gente. El encontrarte con una situación asi es casi lo mismo que que te toque la loteria, eso siempre y cuando seas fans de U2, jejejeje
Gracias por tu comentario
Pues estaría bien. Y que te dijera eso de... que soy Bono copón!!! jajaja
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