sábado, 1 de noviembre de 2008

Edge, get me a refill (Parte 1 de 2)



En 1990, U2 decidió que no era suficiente ser la banda más grande del planeta. Así que volaron a Berlín y empezaron a trabajar en Achtung Baby: no sólo un álbum que pondría su mundo patas arriba, sino un paso de gigante hacia el revolucionario circo multimedia en el que se convirtió Zoo TV. Al principio hubo un montón de pelea, y el divorcio de The Egde, para solucionar. . .



El 2 de octubre de 1990 U2 tomo tierra en Berlín. Llegaron en el último vuelo que viajaba a la Alemania del Este – el 3 de octubre, el país dejó de existir – y esperaban encontrase una ciudad en una orgía de reunificación. Impacientes por unirse a la fiesta, salieron corriendo del aeropuerto y se unieron al primer grupo de gente que encontraron: una manifestación de gente sorprendentemente apesadumbrada que llevaban pancartas.

Confundido, Bono se giro hacia Adam Clayton: “Estos alemanes de verdad que no saben como divertirse”. Pero decidieron permanecer con sus lúgubres compañeros hasta que alcanzaran esos iconos de la Guerra Fría, el Muro de Berlín, y encontraron miles de juerguistas bailando sobre sus ruinas. Solo entonces se dieron cuenta donde se habían metido antes.

Estábamos con gente que quería que volvieran a levantar el muro” dice Bono, “todos esos Estalinistas y comunistas del núcleo duro

Así no era como se suponía que tenía que empezar. El mundo entero estaba con la vista puesta en Berlín buscando señales de que una nueva era post Guerra Fría estaba naciendo. Que la ciudad, un símbolo de decadencia en los años 30 y de división política en los 60, encontraría una nueva resonancia en medio del anárquico y festivo espíritu de la reunificación. Para Bono era mas que simplemente un cambio de escenario; quería que U2 pulsara las esperanzas y las aspiraciones del nuevo Berlín, de la forma que David Bowie había reflejado las mismas divisiones de la ciudad a finales de los 70

Después de todo, la banda estaba afrontando su propio dilema. Rattle and Hum (y el documental que lo acompañaba), publicados en 1988, habían demostrado claramente el estancamiento creativo de la banda. Lo que U2 veía como una vuelta a sus raíces – el rock y el blues americanos – la crítica lo interpretó como auto-suficiencia: el grabar en los Sun Studios con los micrófonos originales de los 50, dúos con B.B. King, reuniones después de los conciertos con bluesmen como Stevie Ray Vaughan. O, incluso peor, Bono presentando una versión en directo de Helter Skelter gritando: “Esta es una canción que Charles Manson le robó a los Beatles. ¡Nosotros la recuperamos!

De hecho, con sus versiones de Dylan, aparentemente firmes creencias Cristianas, y un obstinado compromiso con los sombreros de cowboy, U2 había empezado a parecer reliquias vivientes - satirizadas sin esfuerzo por afilados post modernistas como los Pet Shop Boys y su divertidísima e inexpresiva versión de Where The Streets Have No Name. Millones de fans aun estaban con ellos, pero la banda sabia que algo se había perdido. En un ambiente musical el cual había sido testigo de la llegada de la música House, Public Enemy y Happy Mondays, U2 parecía perder el contacto desesperanzadamente – incluso para ellos mismos. Sobre marzo de 1989 Bono incluso le preguntaba a los periodistas que iban a entrevistarlo: “¿Qué creéis que deberíamos hacer?

El problema era re-energizar la banda sin defraudar a los millones a los que les encantaba Angel of Harlem. ¿Solución posible? Berlín. Allí, o eso esperaban ellos, todo sería distinto. Como colaborador de toda la vida de la banda, Brian Eno escribió: “palabras a seguir en este disco eran barato, desechable, oscuro, sexy e industrial (todas buenas) y serio, educado, dulce, correcto, roquero y lineal (todas malas)

U2 había reservado los infames Estudios Hansa – un viejo salón de baile nazi donde David Bowie grabo Low, Heroes y Lodger a finales de los 70 con Eno. Pero, desde el momento en que llegaron, fueron claras las tensiones existentes dentro de la banda considerando como deberían avanzar si permanecían sin resolver.

Grabaron algunas demos en Dublín ese verano (incluyendo versiones muy básicas de Who’s Gonna Ride Your Wild Horses, Acrobat e Even Better Than The Real Thing). Pero cuando llegaron a los Hansa, el guitarrista The Edge empezó a hablar sobre una nueva clase de sonido que quería crear, algo oscuro y duro, influenciado por bandas industriales que había estado escuchado en la anterior gira de U2: Nitzer Ebb, Nine Inch Nails, Front 242.

El batería Larry Mullen parecía desconcertado: “No conozco a ninguno de esos grupos”.

Bueno” le pregunta The Edge, “¿Qué es lo que has estado escuchando tu?"

Led Zeppelín

Desemboca en una acalorada discusión, con Bono peleando por un sonido más hip hop, mas orientado al de los clubes. Clayton no estaba impresionado en particular. El iba a clubes y sabía que eso no era de lo que iba U2. Pero fue Mullen quien finalmente hablo claro. “¿De qué cojones estas hablando?" Le preguntó a Bono después de uno de sus discursos. “¡No habéis escrito ninguna canción! ¿Dónde están las canciones?

Las esperanzas iniciales de un “renacimiento” inspirado por Berlín dieron paso a una realidad más mundana. Bajo sombríos cielos europeos, la banda se desplazaba con inquietud desde su sórdido hotel en Berlín Este al estudio (en un área de Berlín amenazada de demolición). Como para agravar su miseria, copias de las demos grabadas en Irlanda fueron robadas y salieron al mercado pirata.

Incluso el productor Daniel Lanois (quien había trabajado en The Joshua Tree y Rattle And Hum) se sentía obligado a tomar parte por uno de los dos bandos, junto a Adam Clayton y Larry Mullen, partidarios de mas canciones a lo The Joshua Tree mientras que Edge experimentaba con fragmentos sónicos y atmosféricos. En unas pocas semanas, Edge incluso empezó a pensar lo impensable, “Quizás deberíamos romper y ver que sucede


continuará . . .

Fuente: Q Magazine May 2004

3 comentarios:

Unknown dijo...

vaya manera de empezar!! gran traducción!

Galernah dijo...

Genial artículo, deseando estoy de leer la continuación. La verdad es que las tensiones que había entre los miembros de la banda por ver cual era el camino a seguir en el nuevo disco fueron bastante fuertes, para el que no sabe estas cosas podrían pensar que todo fue como un camino de rosas, craso error...

I, Singer and Songwriter dijo...

El lado oscuro de la banda, la sombra de la ruptura, el enfrentamiento de ideas... signos del renacimiento creativo que vendría después?