Fue Larry Mullen quien puso ese sueño en movimiento. Puso un anota en el tablón de anuncios de Mount Temple, un instituto público en Dublín, preguntando si había alguien dispuesto a formar una banda de rock. Era 1976, y el tenia 14 años. “Las historias simplifican lo grande que era ese paso por aquel entonces” dice Clayton “Eso que hizo Larry ha afectado el resto de su vida, y claro, las de todo el mundo”. David Evans (que aun no era llamado The Edge) era un estudiante brillante en su clase de Mount Temple, pero en su tiempo libre había estado “rasgando” tanto la guitarra acústica como la eléctrica. Cuando vio ese anuncio, sintió un conmovedor e indudablemente no docente sentimiento en su alma. “Ah”, pensó, “podría ser”. Mullen había estado tocando la batería desde los 9 años, sacando dinero para coros familiares (“debería habérselo hecho de todos modos, lo se”) con la esperanza de hacerse con su propio kit de batería. Finalmente, sus padres le regalaron parte de un set – hecho por un fabricante de juguetes y vendido por 15 dólares – con el cual el joven Larry mataba el gusanillo hasta que su padre, un inspector del departamento de salud y óptico a tiempo parcial, le sugirió que intentase juntar un grupo. “No vas a llegar a ningún sitio” el Mullen mayor le apunto, “si continuas tocando tu solo”.
El sábado después de que el anuncio se colgase, seis o siete estudiantes del Mount Temple aparecieron en la cocina de los Mullen y comenzaron a tocar melodías de los Rolling Stones. “Durante el curso de la tarde” recuerda Mullen, “Vi que algunos sabían tocar. The Edge sabía tocar. Adam simplemente tenía una pinta increíble. Pelo voluminoso y tupido, un largo abrigo de cáftan, el bajo y su amplificador. Hablaba como si supiera tocar, utilizaba todas las palabras adecuadas, como “gig”. Pensé, este tipo debe saber como se toca. Entonces llegó Bono, y el daba a entender que tocaba la guitarra, pero no tocaba muy bien, así que empezó a cantar. Tampoco sabía cantar. Pero tenía un carácter tan carismático que estaba en la banda de todos modos, tan pronto como llegó. Estuve al mando los primeros cinco minutos, pero tan pronto como Bono llegó, me quito el puesto.”
Los chico que se convirtieron en U2 – el nombre, sugerido por un colega músico, se refiriere irónicamente al avión espía – se conocían todos vagamente, del colegio. Las familias Clayton y Evans eran amigos. The Edge, cuya familia es Galesa, y Bono (por aquel entonces aun era llamado genéricamente Paul Hewson) habían coincidido brevemente en el mismo profesor de guitarra. Por su parte, Bono tenia una distante pero todavía intensa impresión de Clayton, quien había estado viviendo en Londres y en Kenia, y se había trasladado a Dublín con su madre y su padre piloto de vuelo cuando tenia ocho años. Había ido a Mount Temple desde un internado “muy estrafalario” aterrorizado de que iba a ser batido, "pensé que contra mas tranquilo estés, mas cautelosa sera la gente. Intimídalos y no renuncies a nada”. Funcionó. “Clayton era un rebelde increíble, en el verdadero sentido de la palabra” Recuerda Bono con cariño. “Entraba a clase con un termo de café, lo ponía sobre su pupitre y empezaba a beber. La gente se daba golpes en la cabeza.” El otro apoyo de Clayton era su bajo, un regalo de sus padres (“lo tocare hasta que sea mas grande que los Beatles!” les prometió entonces) lo cogió con similar ímpetu. Se hizo claro después de poco tiempo, sin embargo, que había ciertas limitaciones de estilo. Los Clayton tenían dudas cuando la banda comenzó a hablar de hacerse profesionales “con mucha sensibilidad” recuerda The Edge, “se dieron cuenta de que este negocio es muy duro y de que Adam no es el mas talentoso músico del mundo y de las posibilidades reales que tenia de conseguirlo. Mis colegas probablemente hicieron el mismo cálculo.” “Adam es increíble”, dice Bono rotundamente. “Fingió que sabia tocar el bajo, cuando en realidad no sabia. Y con 16 años, fingió que conocía el mundo de l a música de arriba abajo.” El, de los cuatro, vio a la banda como su futuro
“Tenia que hacerlo, Bono tenia dudas de unirse al principio (“pensaba que el rock era feo”) y The Edge en aquellos principios “ni siquiera consideraba la banda como nada mas valioso que para llenar las tardes de los miércoles.” Mullen, el más joven del grupo, solo podía soñar con una carrera, mientras que Bono y The Edge estaban centrados con su educación y con sus exámenes finales. Sin embargo, Clayton, había sido expulsado de Mount Temple y estaba preocupado por el “compromiso” de los otros. Se metió caña, forzando al máximo, y contactó con Paul McGuinness.
La banda, que había pasado por una variedad de nombres, incluyendo The Hype, era mejor con el descaro que con las cuerdas. “Ya ves” dice Mullen, “no sabíamos tocar. Tocábamos muy muy muy muy mal”. En la primera oleada del punk, esto no importaba mucho, y después de verlos en 1978, McGuinness, que había hecho mayormente producciones de películas hasta ese momento, acepto ser su manager. “Me parecieron que eran una gran banda de rock,” dice ahora, añadiendo “Solo tenian que acertar una vez”
McGuinness se encargo el mismo del ocasional trabajo de producción y empezó a “vivir de mi mujer”. Los chicos, todavía viviendo en casa, eran llevados a los conciertos por algún padre o madre. Esta clase de escaramuzas tempranas pueden romper una banda o unirla más, y con U2 parece que unió mucho más al grupo. Después de un poco. “El primer par de años” dice Clayton, “nos odiábamos los unos a los otros, era muy competitivo, y todos intentábamos llegar a la cima.” Mientras la banda daba conciertos, peleándonos por ser escuchados por las casas de discos y ganar algo de dinero, hubo sugerencias de terceras partes de un miembro o de otro lanzadas en interés de reforzar la musicalidad de la banda. Todas esas nociones fueron rechazadas. “Nunca jamás nos sentimos que el ser un gran músico era algo necesario para estar en U2”, dice McGuinness. “Los individuos eran mucho mas importantes que si tu sabias tocar”
Había otros vínculos, unos que permanecieron fuertes debajo de la tensión de la superficie. El dolor podía compartirse, comprenderse. Cuando tenía 15 años, la madre de Bono murió por los efectos de un derrame cerebral que sufrió en el funeral de su padre. Mullen perdió a su madre en un accidente de trafico en 1978. “Lo que nos ha mantenido hacia delante”, dice ahora, “es el hecho de que somos amigos. Si originalmente se hubiera basado todo en la música, nos hubiéramos separado”.
Después de algunos épocas irregulares y un par de casi fallos con compañías de discos, McGuinness consiguió un contrato con Island en 1980 que les permitía una inusual cantidad de independencia creativa (“tenían que aceptar el disco sin ninguna pregunta”) y la banda edito su primer álbum Boy. Ese mismo año, rindieron su primera visita a América, abriendo un show en Boston para una banda que Bono llama “alguna banda local de renombre".
“Comenzamos a tocar, y todo el mundo empezó a ponerse de pie, girándose sobre sus mesas. El sitio estaba abarrotado. El vapor goteaba del techo, y no nos dejaban salir del escenario. Hicimos uno, dos, tres bises. Mire a The Edge y le dije, “Hey, wow, si esto es América, quiero mas! ¡Eso es!”. Cuando la cabeza de cartel finalmente salio al escenario, el local estaba vacío.”
Le costaría a U2 un par mas de años y dos álbumes mas antes de que pudieran agravar ese frenesí en Boston por todo el mundo y este vendría con su primera canción que se puede considerar como su himno. Esa fue Sunday Bloody Sunday del álbum War del 83, una melodía sobre el divisivo calor y la violencia ciega de la Irlanda moderna que no consigue favores en ninguno de los dos lados. War fue el mejor trabajo de U2 hasta The Joshua Tree, el año antes de su edición, Island, detectando vibraciones sísmicas, renegocio con McGuinness el contrato de la banda “ahora U2 esta en una posición absolutamente única” recuerda “Ahora poseen los derechos de las canciones que escriban, y siempre sera así”.
El contrato también les hico estar muy bien de dinero, y eso por supuesto acelero la confianza colectiva. Bono se había quedado atónito al leer que el y su esposa Alison, otra graduada en Mount Temple, vivían en un castillo al lado del mar cerca de Dublín. “Es una torre” se ríe Bono “Tres plantas, tres habitaciones.” Los asuntos domésticos presentan sus propios problemas. Aunque el, como el resto de la banda, desean un poco de distancia personal y privacidad, Bono reconoce, “Mi vida es un caos. Cuando estoy fuera, no estoy en casa. Cuando estoy en casa, no estoy en casa. Entro cuando ella sale.” Ali, que esta estudiando Ciencias Políticas en el University College de Dublín, “es el ojo oscuro” en las palabras de su admirado marido. “No esta para ser mostrada como un broche. Tenemos una relación tormentosa por que ella es su propia mujer.” Mientras estaba en Arizona, se preocupaba por que ella sonaba un poco deprimida en la conferencia telefónica desde el otro lado del atlántico, Bono les pidió a sus suegros que “estuvieran pendientes de ella. La debían de acabar de llamar, por que ella me llamo diciendo, ‘no necesito una niñera’ y me colgó el teléfono.” Ali hizo una vista inesperada 48 horas mas tarde en Arizona y se quedo durante 5 días.
Mullen, que añadió el Júnior a su apellido después de que su padre empezase a recibir grandes impuestos debido a su prospero hijo, vive en una playa cerca de Dublín. Su novia trabaja temporalmente en una oficina, así que tiene libertad para unirse a la gira en intervalos frecuentes. “Vivo en una casa bonita y no me siento mal por eso” dice Larry. “Pero no conduzco un coche llamativo, lo primero por que no quiero, y lo segundo por que creo que seria muy grosero en un país como Irlanda, donde hay tanto paro.” Clayton vive en Dublín (un lugar incestuoso) aunque su sueño es despegar a “otro clima, una playa en algún sitio” pero lo suaviza por la seguridad de que “siempre volvería”. Con su mujer Aislinn, que trabaja en una boutique, y sus hijas, The Edge también vive en Dublín, aunque se inquieta, “Mi vida gira sobre la música, el teclado. Mi familia debe ser la diferencia, y no puedo pasar el suficiente tiempo con ellos.”
La política y el pasado hacen demandas perpetuas, por supuesto. La banda financia Mother Records, una organización que le da a las jóvenes bandas su primera oportunidad. “Estamos intentando darles una oportunidad a grupos Irlandeses”, dice McGuinness. “No tienes que ser Irlandés, pero ayuda. Tenemos un grupo Escocés.” Además del viaje a El Salvador el año pasado, Bono y Ali encontraron tiempo durante siete semanas de trabajo de ayuda en Etiopia, y Mullen intentaba permanecer conectado a sus raíces: “Todos los vecinos conocían a mi madre, e intento dejarme caer a verlos ocasionalmente, simplemente para mantener los pies en el suelo.” Sin embargo, la fama tiene sus inconvenientes. “Cuando entras a una tienda, y estas en la única banda de éxito que ha salido de Irlanda desde hace mucho, cada padre y tío y abuela saben quien eres. Es un poco embarazoso cuando quieres comprarte calcetines.”
Hay más signos de cambios y contrapesos también. Aunque Bono había recibido crédito lírico en los últimos dos álbumes, el escribir las canciones tradicionalmente ha sido cosa de toda la banda “trabajando sin darnos por vencidos”. Como dice Mullen “trabajando sin darnos por vencidos y haciéndolo hasta que sentimos que esta bien: Nos lleva un horrible y largo tiempo y es increíblemente frustrante” A veces el sistema funciona bien – Pride (In The Name of Love) fue escrita en una prueba de sonido en un total de siete minutos – pero The Edge esta meditando sobre hacerlo algo mas dinámico, “Creo que en el futuro Bono y yo trabajaremos mas estrechamente,” dice, “parece que hay una manera mas rápida. Cuando tienes a todo el mundo alli, puede ser muy divertido, pero lento,” sin embargo esto puede afectar al resto de la banda, están de acuerdo todos en un punto, “The Joshua Tree es el mejor disco que hemos hecho hasta la fecha,” declara Bono” pero no sera nuestro mejor disco en mucho tiempo”.
Bono ha estado leyendo a Walter Percy, Flannery O’Connor y Raymond Carvey y ha prometido escribir nuevas canciones durante esta gira. Ya ha empezado una, basada en una reciente grabación de un video en unVi ua sucia localización en Los Angeles y un encuentro casual con un gay veterano del Vietnam.” Vi un montón de botellas vacías por todo el suelo con la etiqueta Vino Wild Irish Rose,” dice, “Así que empecé esa canción. Es sobre el suicidio. La línea que abre la canción es ‘Esta ciudad de ángeles has sacado un demonio de mi’ ” (bueno, la banda había estado escuchando una buena cantidad de música country.) Anhela escribir una canción que como dice el Manager Paul McGuinness dice “podría adentrarse en el idioma.”
Ya podría estar hecha, I Still Havent Found What I’m Looking For, el segundo corte de The Joshua Tree, tiene una de esas melodías aparentemente casuales que, un poco como una versión de altos vuelos de Every Breath You Take de Police, la escuchas una vez y se desliza directamente a la memoria colectiva. Parece coincidir mucho con lo que la banda cree, anhela y por lo que ha pasado, en el pasado y en el futuro, en una reflexión simple y elegante:
I Believe in the Kingdom Come Then all the colours bleed into one But yes I’m still running You broke the bonds You loosed the chains You carried the cross And my shame . . . You know I believe it But I still haven’t found What I’m looking for . . .”
Dejémoslos correr, entonces. Es probable que no los podamos coger. Y ellos ya saben el camino de vuelta a casa.
Fuente: Time Magazine 27 de abril 1987
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